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Los envases biodegradables están cada vez más presentes en nuestro día a día. Sabemos que son más beneficiosos para el planeta y, sobre todo, para el entorno si acaban como residuos.

Pero a pesar de ello hay mucho desconocimiento acerca del potencial del reciclaje de este tipo de productos, por lo que intentaremos a continuación resolver algunas de las dudas más frecuentemente planteadas.

¿Qué son y cómo están compuestos los envases biodegradables?

Los envases biodegradables son aquellos que están formados con materias primas orgánicas, procedentes de fuentes renovables.

Los envases biodegradables pueden estar formados por diferentes compuestos orgánicos. En muchos casos está presente la celulosa, junto a componentes de alimentos como plátano o legrumbres.

Su principal característica y por la que recibe su nombre actual es que, cuando se convierten en residuos pueden degradarse directamente en el medio ambiente, de forma beneficiosa para el entorno.

Así, con el paso del tiempo, se transforman en biomasa y nutrientes útiles para el hábitat de la zona donde se encuentran, sin que exista interacción humana de ningún tipo.

¿Es posible reciclar los envases biodegradables?

Hay que tener en cuenta algo importante. Un envase biodegradable puede descomponerse como residuo sin dañar el medio ambiente. Pero para ello tiene que estar en el lugar adecuado y bajo unas condiciones concretas de degradación.

Por tanto, lo ideal es actuar con los residuos biodegradables en alguno de estos dos sentidos:

  • Retirarlos en un entorno en el que puedan ser aprovechados de forma natural.
  • Reciclarlos siempre que reúnan las condiciones idóneas para ello.

Cuando hablamos de «condiciones idóneas» nos referimos a sus cualidades compostables. Un envase compostable es aquél que, como residuo, puede permitir la conversión de sus materiales en abono orgánico, también conocido como «compost».

El compostaje puede realizarse de forma natural, en un proceso rápido de degradación del residuo o de manera industrial, en plantas especialmente desarrolladas para esta labor, donde se producen miles de toneladas de compost, procedente de residuos biodegradables.

El proceso, además, será diferente en función del tipo de residuo, de la velocidad de descomposición y de la cantidad de material que puede utilizarse. Igualmente, también hay diferentes tipos de técnicas de compostaje, según la tipología a tratar y los objetivos finales de su reutilización.

Ventajas de los envases biodegradables

Tanto si son reciclados como si no, lo cierto es que los envases biodegradables nos ofrecen importantes ventajas. Por ese motivo están siendo una alternativa práctica respecto a envases tradicionales que, por sus componentes, no son tan favorables con el entorno.

Las ventajas de los envases biodegradables más importantes son las siguientes:

  • Favorecen el desarrollo del hábitat, pues pueden ser consumidos por microorganismos.
  • Desaparece el problema físico de los residuos, pues el proceso de degradación los hace desaparecer completamente.
  • Al degradarse, no afectan negativamente al entorno, no tienen elementos químicos ni generan emisiones de gases.
  • Tampoco suponen ningún riesgo para los seres vivos, ya que el proceso de descomposición es natural y nada nocivo para la salud.