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El plástico es uno de los elementos más preocupantes en términos de contaminación en todo el mundo.

Uno de los principales problemas es su degradación, que es tanto lenta como contaminante, lo que implica que, sin una acción específica para paliar sus efectos sobre el medio ambiente, la presencia de residuos de este material puede ser catastrófica.

Según un informe de ONU Medio Ambiente, sin unas medidas más efectivas a las que se aplican ahora mismo, en 2050 se prevé que hayan unos 12.000 millones de toneladas de desechos de plásticos en todo el mundo.

¿Qué es la degradación del plástico?

La degradación del plástico es el proceso por el que este material va descomponiéndose de forma natural, sin una acción específica que acelere el proceso.

Uno de los muchos problemas del plástico es que, mientras otros desechos son biodegradables, en este caso no es así, por lo que su degradación, además de contaminante, genera restos que pueden comerse los animales de ese hábitat con el consecuente riesgo para su salud.

¿Cuánto tiempo tarda?

El factor temporal es uno de los más preocupantes con respecto al plástico. Depende mucho de su tipología, pero lo más «rápido» por ejemplo son vasos o platos de plásticos, que pueden tardar hasta 50 años.

Este período va ampliándose conforme identificamos otros productos de plástico, hasta llegar a una botella de plástico PET que puede llegar a tardar hasta 1.000 años en degradarse completamente.

Proceso de degradación del plástico

El proceso natural de degradación del plástico puede desarrollarse de diferentes formas. Estas son las principales:

  • Por degradación térmica. Las moléculas se descomponen en fragmentos cada vez más pequeños, porque la acción del calor supera su resistencia.
  • Por radiación. Radiaciones como la ultravioleta pueden provocar reacciones químicas en los plásticos y llegar a decolorarlos y hacerlos más frágiles.
  • Por degradación mecánica. Se debe a la deformación y fractura producidas por fuerzas o a cambios químicos que provocan esfuerzos mecánicos.
  • Por degradación química. La acción de determinados reactivos químicos como los disolventes provocan una descomposición de la materia.
  • Biodegradación. Consiste en la asimilación del plástico por seres vivos como hongos o bacterias.

Medidas para controlar los efectos de degradación del plástico

La degradación del plástico representa un gran riesgo para los seres vivos del entorno en el que se encuentra y, además, por la exposición a la luz solar puede liberar metano y etileno, potenciando el efecto invernadero.

Por tanto, debemos tomar medidas para controlar los efectos de degradación del plástico y la más efectiva es el reciclaje. Ya sabemos cómo se recicla el plástico, por lo que solamente tenemos que optimizar todo lo posible el proceso para aprovechar al máximo el material y reducir la contaminación que genera.

Otra alternativa es aplicar procesos de aceleración de degradación del plástico, que eliminen de forma efectiva los desechos del material y eviten los problemas contaminantes que supone la degradación natural.

Finalmente, la acción más rápida y eficiente en la lucha contra los efectos de degradación del plástico, consiste en reducir el uso de este material. Cuanto menos plástico motivemos generar, menor cantidad de residuos tendremos.