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Las radiografías son objetos muy utilizados en el sector sanitario con el fin de poder observar el interior de una zona del cuerpo para un diagnóstico más efectivo.

Hoy en día las nuevas tecnologías permiten observar estas radiografías de forma digital, no obstante su impresión sigue siendo algo bastante frecuente y también hay mucha gente en casa que guarda algunas que les ofrecieron en anteriores visitas a especialistas médicos.

Las radiografías que ya no se utilizan deben reciclarse adecuadamente, dado que tienen una composición contaminante que hace que sea peligroso dejar que se deterioren en un vertedero o, peor aún, en cualquier entorno natural.

¿Dónde se tiran las radiografías?

Lo cierto es que hay muchas soluciones para el reciclaje de las fotografías, el problema es que los contenedores de recogida selectiva que nos encontramos en la vía pública no ofrecen ninguna opción compatible.

Por tanto, en la mayoría de los casos se recomienda llevar estos residuos al punto limpio que haya más cercano, para que allí tengan el tratamiento que les corresponde hasta que sean transportados a una planta de reciclaje.

Contenedor adecuado para reciclar radiografías

Lo más curioso de todo es que sí existe un contenedor específico de radiografías en el punto limpio. Es allí donde tendremos que dejarlas, para que estén almacenadas de forma segura y que los responsables de estas instalaciones se hagan cargo.

¿Se pueden reciclar en una farmacia?

El punto limpio no es el único sitio al que podemos llevar radiografías que ya no nos sirvan. En algunas farmacias también cuentan con contenedores especiales para depositarlas en su interior.

En centros hospitalarios, así como en clínicas médicas, también cuentan con uno o varios de estos contenedores para radiografías.

También hay ONGs encargadas de impulsar campañas de recogida de radiografías. En algunos países incluso se habilitan contenedores aptos para depositar radiografías, normalmente cerca de centros sanitarios. Desde ellos se trasladan luego a plantas de tratamiento cercanas, para que los residuos no terminen en la vía pública.

¿Se les da una segunda vida a las radiografías?

Lo más positivo de todo es que la radiografía tiene componentes reciclables. Está fabricada con plástico y sales de plata, dos elementos contaminantes (sobre todo este último), salvo que se les aplique el tratamiento adecuado.

Las radiografías son primero cortadas en pequeños trozos y luego se pasan por distintos lavados para retirar sus componentes tóxicos. Tras estos lavados adquieren la forma de láminas de plástico azules (PET), que se trituran en trozos todavía más pequeños. Luego se funden estos trozos para ser utilizados posteriormente.

La plata que se pueda quedar disuelta en el agua tras los lavados realizados también se aprovecha. Se utilizan procesos de evaporación con los que solidificarla y luego se limpia para poder aprovecharla en la fabricación de bisutería, complementos, elementos electrónicos o cualquier objeto que requiera plata en su composición.

Por su parte, el resto de material reciclado de las radiografías sirve para fabricar nuevos envases o incluso como fibra para la elaboración de ropa.