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El reciclaje de metales representa una de las industrias más importante a día de hoy, tanto por lo que abarca como también por los beneficios medioambientales que ofrece.

Con él, se reducen considerablemente los desechos generados en muchos sectores y, con el sistema de aleación, se forman todo tipo de materias primas o incluso metales distintos.

Ahora bien, es importante distinguir los metales que podemos reciclar y cómo debemos hacerlo, para realmente poder aprovechar todas sus ventajas.

Tipos de metal

En la práctica podemos aplicar muchas clasificaciones en cuanto a tipos de metal. Si nos ceñimos a la minería, que es la que mejor nos permite distinguirlos, esta es la clasificación existente:

Metales ferrosos

Son aquellos metales que en su estado natural cuentan con un alto porcentaje de hierro. El propio hierro forma parte de esta tipología, junto también al titanio, el cromo, el manganeso o el cobalto, entre otros.

Metales no ferrosos

Por contraposición, los metales que no cuentan con hierro en alto porcentaje entran en esta tipología. Los más conocidos son el cobre y el aluminio.

Metales básicos

Desde un punto de vista químico, los metales básicos son también activos. El cobre, el plomo, el zinc y el estaño pertenecen a esta tipología.

Metales radioactivos

No están muy presentes en la naturaleza, pero en nuestra sociedad, derivados de distintas industrias, sí podemos encontrarlos. El plutonio, el uranio, el radio o el torio son de los más conocidos.

Metales preciosos

En esta tipología conocemos el oro, la plata y el platino. Destacan por su alto valor en el mercado para formar joyas y elementos decorativos u ornamentales.

Cómo diferenciar los metales para reciclar

No todos los metales se reciclan. Por lo general, los que más frecuentemente se usan en un proceso de reciclaje son los siguientes:

  • Acero
  • Aluminio
  • Bronce
  • Cobre
  • Hierro
  • Latón
  • Plomo

Los metales no reciclables son aquellos que no cuentan con un proceso de reciclaje, con el que se pueda obtener alguna materia prima útil para crear otros metales u objetos.

Los residuos tóxicos, las latas de aerosoles o los botes de pintura pueden formar parte de este grupo.

¿En qué contenedor va el metal?

Aquellos envases de metal que queremos reciclar debemos dejarlos en el contenedor amarillo, sin embargo, debemos garantizar que están completamente libres de residuos, ya que si los tuvieran contaminarían al resto de materiales.

En el caso de que tengamos metales pero estén mezclados con otros residuos o componentes, donde podemos dejarlos para un tratamiento oportuno de reciclaje es en el punto limpio más cercano.

De esta forma nos aseguraremos de que una empresa especializada y con los recursos necesarios, procederá a la separación y clasificación de estos residuos, entre los que se encontrarán los metales, que podrán ahora ser aprovechados de forma efectiva.

También hay que tener cuidado con los metales extraños de móviles y dispositivos similares. Estos materiales entran dentro de la categoría de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), por lo que debemos aplicar la metodología de reciclaje correspondiente.