En Grupo LYRSA conocemos bien esta situación y trabajamos para su desarrollo, ya que hemos sido pioneros en la gestión ecológica de este tipo de vehículos, hemos participado activamente en el Acuerdo Marco de Reciclaje de VFU y colaboramos de forma estrecha con SIGRAUTO (Sistema Integral de Gestión de los Residuos del Automóvil). Además, realizamos esa gestión a diario, ya que contamos con varias instalaciones especializadas en esta materia.
Sin embargo, la industria del automóvil evoluciona y hoy en día en día la movilidad eléctrica es una clara apuesta de futuro. Los avances en investigaciones con baterías de litio parece que van a conseguir reducir costes y permitir autonomías de hasta 300 kilómetros.
El mercado mundial de comercialización de este tipo de vehículos asciende de forma imparable, con una tasa de crecimiento que se calcula en torno al 75% sólo entre los años 2012 Y 2014. Actualmente hay más de un millón de coches eléctricos repartidos por todo el planeta. Sólo en 2014 se matricularon alrededor de 320.000 unidades. A estas cifras habría que sumar los vehículos híbridos, que son todavía más…
No obstante, esta progresiva implantación de vehículos eléctricos parece haber abierto una pequeña fisura en el sólido panorama de reciclaje que planteábamos en las primeras líneas.
El problema principal reside en que la tecnología de las baterías que alimentan los vehículos eléctricos padece una pérdida de capacidad, por lo cual no pueden ser reutilizadas de nuevo para cumplir la misma función. Una batería que en su uso habitual reduce su competencia en un 25% deja de ser útil para la industria del automóvil, pero parece ser que tiene capacidad suficiente para servir a otros proyectos energéticos . Así pues… ¿Qué posibilidades de reciclaje se plantean para las baterías de los coches eléctricos?
Lo cierto es que toda esta problemática está despertando nuevos modelos de negocio pensados para reciclar las baterías usadas de los coches eléctricos, inservibles para su primer cometido. Grandes líderes en el mercado como General Motors, Toyota o Nissan han puesto en marcha diferentes proyectos para que esas baterías desechadas por la industria del automóvil formen parte de sistemas de almacenamiento energético a gran escala.
Por ejemplo, la empresa General Motors ha demostrado que las baterías que utiliza en determinados modelos de coche, como el Chevrolet Volt, finalizada su vida automovilística, son útiles después para alimentar las instalaciones de energía renovable que tiene la empresa. La combinación de packs de 5 baterías de coche usadas, paneles solares y turbinas eólicas, permite prescindir de la conexión a red eléctrica y, de esta forma, conseguir reducir el impacto ambiental.
