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En el tratamiento de suelos contaminados cada vez tenemos más opciones y una de las que mejores resultados nos está ofreciendo es la desorción térmica, que te explicamos en este artículo.

Definición de desorción térmica

La desorción térmica consiste en una tecnología que aplica calor sobre el suelo contaminado para volatilizar y/o descomponer componentes orgánicos que estén afectándole negativamente.

Desorción térmica y su uso en suelos contaminados

La desorción térmica no es la única metodología que aplica calor al suelo contaminado. Tradicionalmente se ha usado la incineración para este tratamiento, pero la desorción térmica ofrece considerables ventajas para elegirla de forma prioritaria.

La tecnología de desorción térmica se aplica por plantas específicamente preparadas para este tratamiento. En ellas lo primero que se hace es preparar el suelo a tratar para obtener la mayor eficacia posible, reduciendo la humedad natural existente, mediante cribado o disgregación y otras acciones.

Luego se aplica la desorción térmica como tal, calentando el material que se quiere descontaminar a una temperatura que puede oscilar de 90ºC a 540ºC.

Por último se realiza el tratamiento de residuos gaseosos, la parte más complicada de todo el proceso, en la que se deben tratar los gases que se generan oxidando los contaminantes con temperaturas que superan los 1.000ºC.

Una vez el material se ha enfriado, se analizan los resultados obtenidos. Por lo general, se consigue una reducción de la contaminación en un 95%.

Ventajas de la desorción térmica

Como hemos indicado, la desorción térmica tiene ventajas importantes que la presentan como una técnica prioritaria a la hora de abordar actualmente el tratamiento de suelos contaminados.

Para empezar se ha confirmado su eficacia. En casi todos los proyectos se alcanza una reducción superior al 90% y es bastante normal llegar y superar el 95%.

Por otro lado, no se destruye la estructura del suelo en su aplicación. Esto es muy importante porque así podemos recuperar el suelo tratado y aprovecharlo como material de relleno.

Además, es específicamente eficaz en suelos que presentan una considerable contaminación orgánica y de hidrocarburos, sin que se produzca una biodegradación suficientemente rápida o efectiva.

Por tanto, la desorción térmica se presenta como una alternativa para el tratamiento de suelos contaminados que, en lugar de eliminar la superficie o el material sobre el que se aplica, aprovecha la fracción orgánica del contaminante como parte del combustible. A ello se suma el hecho de que tras el tratamiento se puede volver a utilizar el suelo para nuevos fines.

Desventajas de la desorción térmica

Más que desventajas de la desorción térmica, lo que hay que tener en cuenta es una serie de condicionantes, que limitan su aprovechamiento de una forma más extendida.

Por un lado, los suelos con demasiada humedad no son los más propicios para aprovechar esta tecnología, ya que consumen más energía en realidad o, como mínimo, requieren una mayor inversión en la fase de tratamiento previo.

Por otro lado, esta tecnología no es capaz de tratar los compuestos inorgánicos. Por tanto, un suelo en el que haya presencia por ejemplo de metales pesados, no podrá ser descontaminado con suficiente eficacia. Solo es efectiva con metales volátiles como el mercurio.