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El ámbito de metales reciclables es uno de los más importantes en el reciclaje en general. El motivo es que los metales que pueden reciclarse ofrecen una segunda vida útil, en la mayoría de casos con el 100% de propiedades que el material original presentaba.

De esta forma, podemos seguir aprovechando indefinidamente los metales mediante el proceso de reciclaje, para la creación de nuevos productos.

Los metales reciclables más utilizados son los siguientes:

  • Acero
  • Aluminio
  • Bronce
  • Cobre
  • Hierro
  • Latón
  • Plomo

La segunda vida de los metales

La capacidad de mantener sus propiedades intactas tras el proceso de reciclaje, permite que los metales disfruten de una segunda vida muy productiva.

Cada uno de ellos puede servir para la fabricación de diferentes productos. La ventaja es que, una vez se consume la vida útil de estos productos, podemos volver a reciclar buena parte de esos metales, ya sea para volver al mismo proceso de producción o bien para otros fines.

Respecto a los metales reciclables, los productos en los que más se invierte cada uno son los siguientes:

  • Acero reciclado: Latas de conserva, electrodomésticos, coches.
  • Aluminio reciclado: Menaje de cocina, bicicletas, latas de bebidas.
  • Bronce reciclado: Orfebrería, estatuas, elementos de puertas.
  • Cobre reciclado: Cables, tuberías, ollas.
  • Hierro reciclado: Herramientas, verjas.
  • Latón reciclado: Decoración, enchufes, radiadores.
  • Plomo reciclado: Baterías de coche, cubiertas de cable, tuberías.

El aluminio y su origen para su posterior reciclado

Uno de los metales reciclables más utilizado es el aluminio. Se trata del tercer elemento más frecuente en la corteza terrestre, solo superado por el oxígeno y el silicio.

Pese a ello, sus beneficios en reciclaje, hace que sea un protagonista claro de este sector. Estos beneficios pueden resumirse en estos 3 puntos clave:

  1. Podemos reciclar el aluminio todas las veces que queramos.
  2. Podemos reciclar completamente el aluminio. No se desperdicia nada.
  3. Sus propiedades se mantienen siempre intactas. No importa las veces que lo reciclemos.

El aluminio que se recicla podemos obtenerlo de todos los productos en los que se utiliza este material y son finalmente transformados en residuos, porque ya no tienen un uso práctico o son descartados para el mismo, como por ejemplo latas de bebida.

Además, también recibimos una gran cantidad de aluminio para reciclar en su formato de chatarra. Tanto en este como en cualquier otro origen, antes de proceder con el reciclaje, debemos primero clasificar bien todos los elementos presentes en la chatarra o residuos y almacenarlos, para su posterior tratamiento.

El aluminio tratado se vende como material reciclado a los gestores autorizados. Gracias a máquinas empaquetadoras y plantas de fundición, obtenemos lingotes de aluminio reciclado, que son mucho más fáciles de transportar y aprovechar.

Como sucede en otros metales, el aluminio reciclado, ofrece importantes ventajas, que queremos aprovechar siempre:

  • Reduce los costes de extracción de la materia prima.
  • Reduce la cantidad de residuos existentes de este material.
  • Ofrece una segunda vida útil práctica a los productos que cuentan con él.
  • Reduce costes para la empresa que necesita el material en su producción.
  • Genera menos contaminación que todo el proceso de extracción y transformación de la materia prima.