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Los residuos voluminosos requieren un tratamiento especial, tanto por sus dimensiones como por los materiales que los componen.

Analizamos a continuación qué son los residuos voluminosos, cómo se deben gestionar y por qué es tan importante realizarlo correctamente, teniendo en cuenta además que muchos de ellos son de ámbito doméstico.

¿Qué son los residuos voluminosos?

Los residuos voluminosos son aquellos que presentan unas dimensiones tan grandes, que no es práctico depositarlos en los contenedores de basura convencionales.

No es la única característica que les impide aprovechar este tipo de recogida selectiva, ya que a veces también se desaconseja por los materiales que forman parte de su composición.

Ejemplos de residuos voluminosos

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico hace una clasificación en 4 tipologías de residuos voluminosos.

Por un lado están los muebles y enseres, es decir, todo lo relativo a estos productos tanto en una vivienda como en un comercio o fábrica.

Se diferencia en otra categoría la madera, tanto de conglomerado como natural. Tenemos de residuos voluminosos ejemplos muy variados de madera, desde la que hay presente en marcos de ventanas, hasta la que encontramos de forma preferente en puertas o incluso en otros restos de muebles.

La tercera tipología es la relativa a la chatarra, es decir, todo residuo que esté conformado por algún metal. Aquí se incluye desde productos del hogar hasta de comercios o de pequeñas industrias.

Hablamos desde cañerías hasta lámparas y, en general, cualquier material que tenga metales en su composición que puedan ser separados del resto de componentes.

Para terminar, en los residuos voluminosos se incluye también a los RAEE, es decir, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Ordenadores, electrodomésticos y cualquier otro producto con componentes electrónicos se incluye en esta categoría.

¿Por qué es importante gestionar bien los residuos voluminosos?

Muchos de los residuos voluminosos presentan el mismo problema que los residuos inertes propios de los trabajos de construcción y demolición.

Sin embargo, mientras que los inertes tienen designados contenedores específicos para ellos, que son asociados a cada proyecto, con los residuos voluminosos no existe esta posibilidad.

Muchos residuos de manejo especial y voluminosos tampoco caben en los contenedores convencionales, por lo que no se pueden simplemente dejar en la vía pública, requieren un servicio apropiado de recogida, transporte y tratamiento.

También es relevante que muchos de estos residuos están formados por materiales aprovechables mediante un proceso de reciclaje apropiado. Por tanto, es un potencial que no puede desaprovecharse, por los beneficios que se derivan de ello, tanto económicos como medioambientales.

Además, algunos residuos voluminosos, especialmente los RAEE, cuentan con materiales que son también dañinos para el entorno en caso de no tratarlos adecuadamente.

Dónde depositar los residuos voluminosos

La gestión integral de residuos de este tipo se puede abordar sobre todo de dos formas: mediante servicios públicos o en puntos limpios.

El servicio de recogida pública de residuos voluminosos está disponible de forma gratuita para todos los ciudadanos y permite depositar temporalmente estos materiales en la vía pública, para ser recogidos ese mismo día por un transporte especializado.

Los puntos limpios permiten a los ciudadanos llevar directamente estos residuos y depositarlos allí. Tienen espacios preparados específicamente para los RAEE, de manera que pueden almacenarse en ellos sin riesgo.

En cualquiera de ambos casos al final los residuos son transportados a una planta de tratamiento, donde se procederá a la clasificación, separación de materiales y posterior aprovechamiento de los mismos con distintos fines.