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Los datos de los que se dispone actualmente señalan la eliminación de 235.000 toneladas de residuos domésticos por medio de los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP).

Hay dos aspectos esenciales que planean sobre estos datos para su interpretación, más allá de los números. Estas cifras nos hablan claramente de un sector, el del reciclaje de productos eléctricos y electrónicos en nuestro país, que cuenta con un acentuado potencial socioeconómico y de una concienciación social que, aunque no es óptima y es absolutamente mejorable, va respondiendo por el momento a las necesidades que se nos plantean como sociedad.

Los objetivos que se ha marcado España para cumplir antes de la finalización del año en curso son realmente ambiciosos. España ha asumido su responsabilidad en el terreno del reciclaje de RAEE, dentro del compromiso de los miembros comunitarios europeos de progresiva transición hacia un nuevo modelo de economía circular, y ha establecido objetivos intermedios de reciclaje electrónico del 50% y el 55% para los años 2017 y 2018, respectivamente. Un plan potente y progresivo con un objetivo para 2019 que se sitúa en el 65%.

Los cálculos que maneja el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de España (MAPAMA), en base al 50% de la media de peso de los aparatos eléctricos y electrónicos puestos a la venta en el mercado español en los últimos tres años (2014, 2015 y 2016), arrojan una cifra concreta de 297.892.836,24 kilogramos de RAEE reciclados para este año 2017.

Por supuesto, el sector vive un momento de adaptación progresiva, por lo que ya se plantea nuevos retos para el próximo año 2018 que hay que cumplir para seguir avanzando en esta materia.

Dichos retos se centran principalmente en los siguientes aspectos. Por un lado, pasan por la gestión de aparatos pertenecientes a la electrónica profesional, que hasta el momento no estaban obligados a cumplir la normativa obligatoria. Por otra parte, se debe trabajar para conseguir de  los organismos competentes una batería de medidas destinadas a aumentar la concienciación entre la ciudadanía acerca de este tipo de reciclaje, medidas que también deben estar encaminadas a facilitar el reciclaje de residuos RAEE.

En otro orden de cosas, deben abordarse cuestiones candentes a las que hay que poner solución, como una necesaria reducción de las cargas administrativas relacionadas con estos materiales y su reciclado. Por otro lado hay que avanzar progresivamente en la utilización de la red capilar de gestores autorizados para el depósito de sus residuos RAEE que hace el ciudadano de a pie.