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El MPA (Ministerio de Protección Ambiental) chino, en colaboración con otros organismos, ha puesto en marcha una campaña destinada a paliar las irregularidades que se producen en la recolección de determinados residuos, entre otros desechos de ropa, plásticos, neumáticos y aparatos eléctricos y electrónicos.

Las medidas van a ser de carácter severo para todos aquellos talleres de reciclaje que produzcan contaminación en el ejercicio de su actividad. Además, van a implantarse mejoras en la infraestructura de determinadas industrias, se va a reforzar el control de calidad de los residuos que se importan  y el gobierno va a tutelar el desarrollo de este sector para evitar perjuicios medioambientales y económicos.

Todas aquellas compañías chinas dedicadas al reciclaje que no cumplan los estándares marcados por el gobierno van a ser clausuradas, es decir que se van a cerrar las plantas de reciclaje que resultan contaminantes en exceso. Por su parte, las empresas que se ajusten a la legalidad van a ser motivadas para realizar fusiones y adquisiciones con el fin de acelerar la expansión de sus negocios.

Qiu Qiwen, funcionario del MPA, comentó que la industria del reciclaje china, en términos generales, todavía no cumple la demanda en materia de medio ambiente. Por otra parte, muchas de las empresas que desarrollan esta actividad son demasiado pequeñas y no tienen la suficiente fuerza para controlar la contaminación.

Además, China se enfrenta al problema de que determinadas áreas de su territorio se han convertido en destinos para los vertederos de basura extranjera que se introduce en el país de forma ilegal y que provoca efectos tóxicos, debido a una falta de supervisión que ahora se quiere corregir. El Ministerio ha constatado que existen grandes cantidades de basura de baja calidad, incluso residuos peligrosos, que están mezclados con esos residuos sólidos y que producen una grave contaminación.

Según las cifras que se manejan, en 2015 China importó 49,6 millones de toneladas de residuos sólidos. En el pasado mes de julio este país informó a la Organización Mundial del Comercio de su firme intención de decretar la prohibición de la entrada en territorio chino de 24 tipos de residuos, que incluyen papel, textil y plástico.

Se espera que a través de esta campaña la infraestructura del reciclaje en China mejore y que el sector se desarrolle y acelere su transformación.

En términos globales, los ingresos que reportan las diez principales fuentes de reciclado en China, que incluyen el acero y el papel, se situaron en el pasado año 2016 por encima de los 590.000 millones de yuanes (cerca de 90.000 millones de dólares). Una cifra que representa un aumento de casi el 14,7% con respecto a los datos del año anterior.