Se trata de residuos con un alto nivel contaminante que constituyen una amenaza muy seria. En su mayoría contienen metales pesados, sustancias como bromo, cadmio, fósforo, mercurio, arsénico, cobalto… que pueden contaminar el agua o participar en la formación de gases de efecto invernadero.
Lo cierto es que tirar cualquiera de estos aparatos obsoletos a la basura orgánica o dejarlo abandonado en la calle implica riesgos para el Medio Ambiente y para nuestra salud. Por ello, lo más indicado ante estos residuos es optar por alguna de las 3 erres del ecologismo:
- Reducir en lo posible su uso. Sólo tener los realmente imprescindibles.
- Reutilizar. En caso de que todavía funcionen, podemos regalarlos a amigos y familias que lo puedan aprovechar o donarlos a proyectos benéficos y solidarios.
- Reciclar. Si el aparato no funciona y se adquiere uno nuevo, el establecimiento tiene la obligación, estipulada por ley, de aceptar el viejo y encargarse de la gestión de sus residuos. Si una persona simplemente se quiere deshacer del aparato electrónico, es necesario llevarlo a un punto limpio. Es así como se llama a las instalaciones públicas habilitadas para que los consumidores puedan depositar este tipo de residuos domésticos peligrosos.
En España la tasa de recogida de esos aparatos no supera apenas el 20%, aunque la normativa europea es exigente y no reciclar esos residuos constituye un delito. Las administraciones, consumidores y fabricantes de nuestro país tienen una asignatura pendiente en este sentido. Por ello, todas las empresas deben someterse a una legislación medioambiental, que incluye un Real Decreto sobre aparatos eléctricos y electrónicos y la gestión de sus residuos.
Para procurar cumplir esta normativa y evitar sanciones cualquier empresa o corporación puede recurrir a los servicios de proveedores especializados en la gestión de residuos. Un buen ejemplo de ello es Derichebourg España, que cuenta con una línea especializada en RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electronicos), ya que al tratarse de residuos específicos necesitan un tratamiento diferenciado.
El objetivo de Derichebourg España es conseguir la mayor cantidad de reciclado que contribuya de manera efectiva a la sostenibilidad del Medio Ambiente. Para ello, transforma los RAEE en materias primas que se utilizarán en el futuro.
Para gestionar estos residuos, Derichebourg España aporta soluciones logísticas para el transporte mediante su propia flota y dispone de contenedores y jaulas que facilitan la recogida selectiva de cada categoría residual, vehículos autorizados, una red de plantas autorizadas para el almacenamiento y tratamiento de estos residuos y una planta específica para el tratamiento de los equipos de frío. Éste es un dato importante, ya que un frigorífico mal reciclado contamina la atmósfera con efectos con gases de efecto invernadero equivalentes a las emisiones de un coche en un recorrido de 15.000 kilómetros.
Derichebourg España tiene acuerdos de colaboración con los principales sistemas integrados de gestión para la recogida y reciclaje de RAEE, asociaciones, distribuidores, puntos limpios, y presta servicio a empresas gestionando los RAEE del sector profesional específico.