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Los microplásticos en el agua son el resultado de la degradación de los residuos plásticos en partículas inferiores a 5 milímetros. Con el tiempo, pueden reducir sus dimensiones a nanopartículas de menos de 0,1 micrómetros de tamaño.

Sus efectos negativos en la salud y el medio ambiente son cada vez más notorios, por lo que se ha convertido en un problema mundial que debe atajarse desde todos los frentes posibles.

¿Dónde hay presencia de microplásticos?

La presencia de microplásticos en el mar es la que más se ha denunciado por organizaciones y asociaciones, en base a diversos análisis de agua de ríos, océanos e incluso de agua sanitaria corriente (microplásticos en el agua potable).

Las cifras que se obtienen de diversos estudios son alarmantes. Un equipo de investigadores del Instituto Alfred Wegener (AWI) del Centro Helmholtz de Investigaciones Polares y Marinas (Alemania) llegó a calcular la concentración de 12.000 partículas microplásticas por litro de hielo marino en el Océano Ártico.

En la actualidad, se considera que los microplásticos están presentes en cualquier parte del planeta y que afectan a todo tipo de organismos.

¿Por qué se producen?

Los microplásticos se producen por la degradación de los residuos plásticos. Al terminar estos objetos de plástico en el mar (bolsas de plástico, botellas, redes para pescar), su degradación va formando estas partículas y, posteriormente, nanopartículas.

Por tanto, se trata de una consecuencia directa de los residuos plásticos no tratados de forma correcta, que terminan en entornos naturales, principalmente en el mar.

Cómo afectan los microplásticos

Los microplásticos en agua pueden afectar a muchos factores, pero sobre todo a la salud humana y del resto de seres vivos, así como al medio ambiente en general.

En el medio ambiente

Cuando están los microplásticos en el agua, pueden ser ingeridos por los peces y en otros entornos por la vida silvestre en general.

Estas partículas o nanopartículas afectan de forma física a estos animales y les puede llegar a limitar su capacidad de alimentación hasta provocar la inanición.

En términos aún más globales, los microplásticos pueden contaminar el medio ambiente hasta el punto de alterar los ecosistemas por completo y a todos los seres vivos que habitan en ellos.

En la salud

La ingestión de microplásticos por seres humanos puede provocar desde problemas gastrointestinales hasta respiratorios, entre otras muchas consecuencias dañinas para la salud.

Su presencia puede ser peligrosa hasta de forma indirecta, dado que estos microplásticos pueden tener aditivos (por ejemplo, plastificantes), que se liberan cuando las partículas se descomponen, afectando a la contaminación del medio ambiente y al aire que se respira.

¿Pueden las empresas reducir la distribución de microplásticos?

Las empresas ya se esfuerzan por minimizar su huella hídrica en los procesos productivos, pero en relación a la generación de microplásticos la mejor estrategia es reducir su desarrollo al máximo posible e implementar medidas efectivas de reciclaje, para evitar que lleguen al mar o a cualquier ecosistema.

Además, desde la Comisión Europea también se están adoptando iniciativas reglamentarias, con las que hacer frente a este problema, incidiendo sobre todo en los propios componentes que deben usar las empresas de distintos sectores, con el fin de reducir la contaminación por microplásticos.