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Cuando vinculamos el reciclaje y el agua, normalmente lo que nos preocupa es cuidar del entorno. La práctica de reciclar envases y botellas de agua, ayuda a que estos materiales no terminen, entre otros sitios, precisamente en el fondo del mar.

Sin embargo, también podemos reciclar el agua, con acciones que abarcan desde medidas empresariales hasta prácticas que podemos aplicar sencillamente en nuestro propio hogar.

En este artículo te contamos cómo es posible reciclar el agua y qué acciones podemos llevar a cabo para ser partícipes de estas medidas.

Cómo reutilizar el agua

Toda empresa ecológica se preocupa del reciclaje de agua. Para ello debe aplicar ciertas medidas, con las que aprovechar, dentro de sus posibilidades, el agua que se desecha.

En el ámbito de la agricultura ya hace mucho tiempo que el agua reciclada se utiliza para riego. Se ha extendido con el tiempo a otras áreas urbanas, desde parques y jardines hasta cinturones verdes e incluso se usa en campos de golf.

De forma general, el agua reciclada puede servirnos para usos no potables. Por ejemplo, es muy útil si queremos aprovecharla para extinguir incendios, para aires acondicionados, para el lavado de vehículos, para regar las calles, etc.

A nivel industrial, reciclar agua es una práctica muy común para la refrigeración de maquinaria o para la alimentación de calderas.

Algunos consejos para ahorrar agua en casa

No hace falta que seamos una empresa para poder reciclar el agua. Podemos aplicar prácticas rutinarias en nuestro día a día, para aprovechar el agua que no gastamos o bien para reducir su consumo.

Por ejemplo, nosotros también podemos usar agua reciclada para regar nuestras plantas. Si tenemos un jardín lo ideal es hacerlo por la noche o a primera hora de la mañana, para evitar el efecto de evaporación de agua.

En la higiene diaria, podemos mantener cerrado el grifo del agua mientras nos lavamos los dientes, nos enjabonamos el pelo bajo la ducha o si nos estamos afeitando.

Por descontado, una ducha gasta menos agua que una bañera y si, además, reducimos en lo posible el tiempo dedicado bajo el agua cayendo, mucho mejor.

Otra práctica muy sencilla y que apenas notaremos es instalar un difusor en la alcachofa de la ducha. Se puede reducir el consumo de agua a la mitad y sin que tengamos que cambiar nuestra forma de ducharnos.

La cocina es otro punto clave en el ahorro de agua. Es siempre preferible un lavavajillas a fregar a mano, porque se gasta mucha menos.

En caso de fregar a mano, lo ideal es cerrar el grifo mientras enjabonamos y abrirlo para quitar el jabón, no dejarlo todo el rato abierto.

Para evitar gastar demasiada agua, intenta dejar todo lo que puedas a remojo. Así será mucho más fácil luego eliminar la suciedad.

Para fruta o alimentos congelados, aprovecha un recipiente con agua, en lugar de ponerlos directamente bajo el grifo.

Por último, para cualquier zona de la casa, es importante mantener un buen estado de las instalaciones, con el que garanticemos que no hay averías o fugas por las que estemos desperdiciando agua.